Esté Dispuesto a Esperar

No se imaginan cuanto nos impactó esta lectura a Guillermo (mi amado esposo) y a mí. Pués realmente estamos pasando por momentos económicos muy fuertes. Ahora que estoy en casa de licencia médica me he dado cuenta de que a medida que mas problemas económicos tenemos mas nos unimos en amor, a diferencia de otras parejas. Al leer esto que comparto con Ustedes, nos miramos a los ojos y entendímos muchas cosas, las cuales a mi particularmente me han dado mucha paz, pués hace mucho que Guillermo las había descubierto.

Dedico esta bella lectura tambien a mi amada amiga Perla Rojas, pués éste es su libro, a ella le debo tan hermoso descubrimiento. Te quiero inmensamente Perla. (Estoy segura que nunca entenderás cuanto).

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No hay otra manera. Para vivir una vida de bendición, tenemos que hacer que nuestras palabras concuerden con lo que Dios dice. No sólo por unas pocas horas o días, sino todo el tiempo.

Si has hecho esto alguna vez, sabes que no es fácil. A medida que el tiempo transcurre y las circunstancias a su alrededor parecen determinadas a permanecer obstinadamente en la misma condición deporable, puede ser difícil seguir hablando la Palabra de Dios. Pero tiene que hacerlo siempre, si quiere que su cosecha de bendición venga.

Cuando Kenneth comenzó a predicar prosperidad, yo me sentaba allí y le escuchaba con huecos en la suela de mis zapatos. Pero sabíamos que nuestros problemas económicos no cambiaban lo que la Palabra de Dios decía. Sabíamos que Sus promesas de prosperidad eran ciertas aunque no hubiéramos podido relacionarnos con ellas todavía. Aun cuando a veces nos sentíamos tontos, seguimos simplemente hablando de la generosa provisión de Dios para nosotros.

Me dí cuenta luego de que la Palabra comenzó a obrar a nuestro favor desde el primer día que empezamos a creerla y hablarla, y ordenar nuestra vida de acuerdo a ella. Nuestra cosecha de prosperidad comenzó a crecer en el momento en que comenzamos a sembrar semillas en el terreno. Simplemente necesitó tiempo para que empezaran a germinar.

Algunas veces los creyentes no duran ese tiempo. Comienzan a sembrar bien, pero entonces cuando no ven los resultados inmediatos, cuando la cuenta bancaria disminuye y el alquiler se vence, se desalientan y comienzan a proferir palabras de escasez y derrota. Ellos destruyen su cosecha con las palabras de su propia boca, y nunca consiguen gozar de sus frutos.

La próxima vez que te decidas a caminar en fe, ya sea en el ámbito económico o en cualquier otra área, tenga esto presente. Determine desde el comienzo que no va a permitir que ese período de espera te desanime. Luego esté firme hasta que la Palabra de Dios se manifieste en su vida. Pon la paciencia y recibirás la cosecha.

Tomado del Libro Crezcamos de fe en Fe
de Kenneth y Gloria Copeland
Lectura Febrero 26

2 comentarios:

Gigi German dijo...

Hola preciosa, que bonita enseñanza nos dejas en el dia de hoy, me encanta el fragmento de este libro, porque como bien dicen aqui, no debemos permitir que ese periodo de espera, esa dificultad, esa prueba nos debilite, al contrario debemos seguir adelante con más animo y con la certeza de que todo obra para bien y que cada prueba nos hace más fuertes.

Un beso,

PD: Que bonito esta tu blog, estamos en cambio de imagen!!!

Gigi

Lulu dijo...

Eso determina nuestra fe, estar dispuestos y firmes a esperar el Kairos de Dios. Si las cosas fueran a nuestro tiempo !que facil fuera!.
Dios te ama y recuerda que el no nos pone una prueba que no podamos sobrellevar.