No me dejes, socórreme cuando me veas aturdida, envía tu llovizna, envía los pajaritos a la puerta de mi cocina y a mi balcón, haz que Sarah me abrace las piernas con su sonrisa picarona, permite que Grace llegue temprano y que con su abrazo rodee mi cuello, permite que Craig llegue cansado del cole y se me tire en el hombro del dolor, pero al final tráeme a mi esposito amado para refugiarme en sus brazos para ser aliento y más aún sentir que todo está en órden divino.
Hazme recordar que las arenas movedizas son como las piedras que encontramos en el camino con intención de desviarnos de tu hermosa presencia, de nuestro destino al final eres tú.

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