Abril y yo....Los ojos del amor, una nueva historia

De vuelta en mi hogar. No les puedo negar que me sentí extraña, sufrí muchos cambios. No es nada fácil para aquel que ya ha vivido sólo, que ha sido independiente, tener que renunciar a todo esto por necesidad.

Mi primera navidad sóla, fué muy triste, fué mucho lo que lloré esa noche del 31 de diciembre. Cargaba con una maleta llena de recuerdos, la cual me negaba a soltar. Había regalado todo lo de mi casa, bien hubiera podido venderlo, pero no....entendía que de hacerlo me estaba quedando con parte de esos recuerdos. Una tontería talvez, pero así fué como sucedió. Con el pasar de los años la maleta pesaba menos, de vez en cuando sacaba una que otra cosa. Hasta que un día temprano en la mañana le dije a mi padre, saca la maleta, ya no la quiero mas aquí, y así fué.

En agosto del año 2000, decidí tomar mis vacaciones con mis hijos, hice algo que disfruté como nunca, me fuí a Barahona con ellos, nosotros tres solos, disfrutamos sin control del tiempo, nos dejamos llevar de nuestros deseos, fué simplemente hermoso.

Sin saber lo que me esperaba. De vuelta a mi trabajo conocí a un chico, que se quedó impactado conmigo. El era nuevo en la oficina, veía en mí misterio y a la vez sufrimiento. Hasta que se enteró de que tenía dos niños, los cuales él pensaba que eran mis sobrinos, no entendía como yo tan joven, había sufrido tanto. Le era dificil creer mi historia, hasta me conoció, que vió mi interior, que vió mis ojos, que me escuchó hablar.

Cada día estaba más cerca de mí, sin entender porque. En ocasiones le decía que presentía que se estaba enamorando de mí, y que lo nuestro no podía ser. Día tras día sentía que era tan necesario tenerlo cerca, disfrutar de su compañía. Andábamos juntos a todos lados, éramos inseparables.

Se había colado en mi hogar, ya éra amigo de mis padres y hermanos, y se había ganado a mis hijos. El era como mi ángel, así lo recuerdo.

Recuerdo ese diciembre, se apareció en mi casa a llevarme un CD de regalo, esa fué de mis primeras solrpesas, hasta ese día, ese 4 de febrero del 2001, donde reinaba la suave brisa, nos fuimos a montar bicicleta con los niños al mirador. No sé porque me sentía nerviosa, talvez porque era nuestra primera salida con los niños. Me sentía como una niña, no lo puedo negar, era como si estuviera viviendo una sensación totalmente nueva, y lo era. Ya en el parque no sé que pasó, algo nos unió de una manera muy especial, cuando menos lo esperaba, sus labios estaban unidos a los mios, fué un beso tierno y tembloroso a la vez, sólo me basta con cerrar mis ojos para volver a vivir ese hermoso momento.

De camino a la casa, ibamos tomados de la mano, y fué ahí cuando el nerviosismo se apoderó de mí, no sé cuantos años habían pasado desde la última vez que andube caminando tomada de la mano.

Ahí surgió la magia, en ese beso, en esa mirada. Con el tiempo le conté cosas que nadie sabía, fué ahí donde comenzé a darme cuenta de ser humano tan maravilloso con el que estaba compartiendo mis dias. No sabía a donde iba a llegar todo esto, pero me lanzé.

Yo era miembro activo de la casa de la anunciación, le había pedido a Dios un hombre tal cual Guillermo, lo único que nunca le especifiqué si lo quería mas joven ó mas mayor que yo. De ahí es que tengo mi teroría que debemos saber pedir vien a Dios. Fué ese día, ese miércoles de ceniza, cuando ese día oré a Dios pués no quería lanzarme a una nueva relación con mis hijos, no quería darle un mal ejemplo. Ese día él me contó que algo lo empujo a que fuera a buscarme más temprano, ya en la casa de la anunciación no sabía como encontrarme, habían demasiadas personas y todo estaba obscuro, hasta que me vió arrodillarme, justamente en ese momento estaba elevando mi oración, cuando sentí una presencia que se arrodilló a mi lado, al tocarle aún con los ojos cerrados, me heché a llorar, era él, esa era mi gran respuesta. Desde ese momento jamás dudé, decidí amarlo, y así fué. Muchas personas no entendían, pensaban que esta relación no podía durar, él joven, sin vicios, creyente de Dios, un gran prospecto, y yo, viuda con dos niños y con un par de años de diferencia. Quien lo iba a decir, estaba comenzando una de las mas bellas historias de amor. Parte de mis sueños estaban realizándose, estaba sintiendo un amor no experimentando en mi vida, estaba mirando a travez de unos ojos maravillosos, los ojos del amor.