De repente cuando llegamos al pasillo que buscabamos nos comenzó a sugerir de cual líquido comprar, lo miré y noté que sus ropitas y sus manos estaban sucias como las de los limpiabotas, le dije que tenía unos ojos hermosos.
Nos movimos de lugar, y de repente me encontré abrazando a mis hijos, noté que nos observaba, comentó algo que yo no escuché, pero que mi hija si escucho:
Dijo : Diache! A mi nunca me han abrazado así!
Que dolor sentí cuando mi hija me lo contó sobre todo porque como por arte de magia desapareció! Mi esposo me dijo haberlo visto a lo lejos pero por mas que busqué mis ojos no lo encontrarón.
Quise haberlo encontrado para haberlo abrazado. Pero me quedé con las ansias. He pasado toda la semana con ese niño de ojos bellos en mi cabeza, pues yo abrazo a mis hijos cada instante que los tengo cerca, amo tenerlos en mis brazos y sentir su calor cerca de mi.
Me he quedadoo con la esperanza de encontrarlo de nuevo, y el día que lo encuentre, pues su rostro llevo grabado en mi memoria, mas de un abrazo le daré.